ANÁLISIS:
Lula, regreso al poder en un Brasil muy diferente al de 2002
Por tercera vez el izquierdista Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva ganó las elecciones presidenciales de Brasil. Esta vez, se llevó el 50,9% de los votos frente al 49,1% de su contendor, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Un mínimo margen que denota la polarización que atraviesa el país y que será uno de los principales retos del exsindicalista. Al Brasil dividido se le suman problemas socioeconómicos como el hambre y el desempleo.
Por Manuela Cano (*)
Un nuevo hito se ha escrito en la historia política de Brasil. El izquierdista Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva ganó las elecciones presidenciales por tercera vez. Un estrecho margen de menos de un punto porcentual lo llevó a vencer a su contrincante, el actual mandatario ultraderechista, Jair Bolsonaro.
"Considero este momento casi como una resurrección. Intentaron destruirme y estoy aquí con vida", clamó el exsindicalista tras conocer los resultados.
Se trató de su séptima campaña política hacia la Presidencia. Una que estuvo marcada por fuertes acusaciones entre los dos candidatos y también por las noticias falsas que se extendieron por todo el país.
A pesar de la ferocidad de los ataques de sus opositores, ‘Lula’ se mostró optimista y vital. Pero a sus 77 años su llegada al Palacio del Planalto será extremadamente distinta a aquella primera vez en 2002.
Tanto él como Brasil han cambiado. ‘Lula’ reaparece después de haber incluso estado en prisión durante más de quinientos días, luego de ser acusado de corrupción y absuelto posteriormente. Además, ya no es la novedad, sino una cara conocida y una figura ilusionante para una parte del país, que quiere retomar una época que muchos consideran como dorada.
Frente a él, una nación extremadamente polarizada, que despierta de una pandemia y que vivió un mandato bajo la ideología ultraderechista que ha calado en una buena parte de la población.
“Gobernaré para todos, sin importar si son ricos o pobres, si son de derecha o de izquierda”, sentenció el ahora presidente electo.
Esa tarea, la de unir a Brasil, es una de su larga lista de retos que deberá enfrentar en sus cuatro años de mandato que comenzarán el 1 de enero de 2023.
La polarización máxima, uno de los principales retos de ‘Lula’
Poco más de dos millones de votos de un electorado de más de 156 millones de personas marcó la diferencia entre ambos candidatos. Una muy corta diferencia que ninguna encuesta alcanzó a prever, aunque la victoria del izquierdista sí estaba en las previsiones de todas las empresas demoscópicas.
Más allá de las elecciones, las divisiones se sienten en la sociedad brasileña. ‘Lula’ tendrá un enorme desafío de cumplir una de sus primeras promesas, la de gobernar para todos los brasileños. Incluso para sus detractores.
Para ello, muchos analistas aseguran que su capacidad de negociación se llevará un rol protagónico.
En diálogo con France 24, el periodista y analista brasileño, Sérgio Dallafollo asegura que “creo que antes de todo, la primera cosa que va a tener que hacer es conversar con todos los sectores políticos y sobre todo tener mucha mucha paciencia y negociación, que no va a ser muy fácil”.
En este mismo sentido, Luciana Santana, politóloga de UFAL e investigadora del Observatório das Eleições INCT, cree que deberá hacer uso de su experiencia para unir a sectores políticos divergentes.
“’Lula’ es un político con mucha experiencia y tendrá la habilidad necesaria para buscar la reconciliación del país. Buscará alianzas con gobernadores electos y parlamentarios.”, señala Santana.
Las divisiones y grietas en las sociedad brasileña también se expresan en el Congreso. Allí, ‘Lula’ también tendrá una gran dificultad al estar controlado por importantes fuerzas conservadoras, que conservan la mayoría absoluta.
"Es un Congreso bastante derechista, Bolsonaro logró quedarse con 6,5% de la Cámara de Representantes que es del Partido Liberal. Estamos hablando de un porcentaje significativo para un partido, eso sin contar los otros partidos. El Senado está casi más de la mitad de senadores son bolsonaristas", afirma Simone Pitta, abogada de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro.
De su ingenio político dependerá gran parte de su gobernabilidad y la agenda reformista que ha prometido.
Un Brasil muy diferente al de hace veinte años
Pero la polarización no es el único aspecto en el que ha cambiado Brasil en estos últimos 20 años desde la primera vez que ‘Lula’ llegó al poder. El izquierdista recibe un país con considerables retos sociales y económicos.
“Además de ser un país más dividido, es un país que sufre una crisis económica y social muy fuerte”, sentencia Santana.
Uno de los desafíos más apremiantes: el hambre. Tal como lo señala Dallafollo, después de los dos mandatos de ‘Lula’, Brasil salió del “mapa del hambre en el mundo”, ahora, asegura, “ha vuelto”.
Según datos oficiales, 33 millones de hogares pasan hambre en el territorio brasileño, es decir, 15% de su población.
Al lado del hambre están las tasas de desempleo. Unas que crecieron de manera pronunciada durante la emergencia sanitaria del Covid-19. En la actualidad, según la Agencia Nacional de Estadísticas, 9,5 millones de personas carecen de empleo.
Por su parte, Marcia Ribeiro Dias, politóloga y profesora de Unirio, asegura que una de las tareas más complejas del mandatario será reconstruir el tejido social brasileño, notablemente debilitado.
En paralelo, Brasil atraviesa una compleja situación económica, con una inflación creciente (el 6,85% anual), en parte exacerbada por la guerra en Ucrania. Esta, sin duda, está afectando los bolsillos de los ciudadanos.
La debilitada credibilidad del Partido de los Trabajadores
Las acusaciones de corrupción no solo cayeron sobre ‘Lula’, sino que también lo hicieron sobre buena parte de su partido, el PT. Estas ensombrecieron la llegada de muchos de sus representantes al Congreso y también a quedarse con múltiples gobernaciones que quedaron en manos bolsonaristas.
Un rechazo que se hizo presente durante la campaña política. Por ejemplo, una encuesta divulgada por el Instituto Paraná mostraba que 45,7% de la población “nunca votaría” por el PT en una elección presidencial.
Ahora, sin embargo, dicho partido será el gobernante y seguramente le será difícil reconstruir la credibilidad que tenía en el primer mandato del izquierdista.
A pesar de que muchas de estas acusaciones de corrupción fueron desestimadas, Dallafollo, asegura que “su condición de ‘presunto’ en estos casos de corrupción siguió como tema en la campaña política de sus opositores. Y será un tema que va a seguir en la sociedad brasileña”.
Otros analistas señalan que este discurso podrá ser utilizado por sus opositores.
Pitta asegura que será importante el nombramiento de políticos diferentes al PT en ministerios como el de Hacienda o el de Agricultura, para tejer alianzas con formaciones más moderadas.
La consolidación del giro a la izquierda de América Latina
Desde el primero de enero de 2023, las cinco principales economías de América Latina estarán gobernadas por la izquierda. Un hecho inédito. Es de esperarse que las relaciones con la región sean una prioridad para el presidente electo, como lo fueron durante sus primeros mandatos, y rompiendo la tendencia de Bolsonaro, que aisló a la nación durante los últimos cuatro años.
Así lo señala Alessandra Maia Terra de Faria, doctora en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, para France 24: “Brasil es muy importante como un líder en la región, ‘Lula’ fue el que en el pasado consiguió establecer el Mercosur y hablar con los vecinos, y también hablar con Europa, Asia y Estados Unidos, y todos los otros… Bolsonaro estaba aislado de todo el mundo”.
Una perspectiva similar comparte Dallafollo, quien asegura que ‘Lula’ intentará “acercarse a los países latinoamericanos y después a los otros países, sobre todo a los países por debajo de la línea del Ecuador. Lo que se llamaba la política de Sur-Sur".
Por su parte, Ribeiro apunta a la posición estratégica de Brasil, una que bajo el mandato de ‘Lula’ podría “ayudar a posicionar a Brasil como un líder” en este viraje hacia la izquierda de la región.
(*) Para France24